Dieta disociada
Dieta disociada
Tratamiento nutricional en el que se establece una serie de pautas a la hora de ser ingerido, por lo que no se considerará oportuno ingerir en un mismo momento determinados alimentos que nos harían engordar con más facilidad al interaccionar sus propiedades entre sí. Este tipo de dieta se suele seguir a través de tablas de alimentos que se basan en la idea de disociar, es decir, la idea de separar la ingesta de alimentos.
Resulta interesante remarcar que el éxito de una dieta reside en que esta haya sido propuesta una vez se haya hecho una evaluación de la situación del paciente, para más tarde plantear un plan dietético totalmente personalizado y no solo adaptado a las características endocrinológicas del paciente, sino incluso adaptada a los gustos del paciente. En este contexto las dietas disociadas pueden ser dietas totalmente personalizadas que intentan sacar el mayor partido a cada alimento ingerido.
Aunque el hecho de tener una determinada tabla de alimentos pueda resultarnos una cuestión demasiado estricta, en las dietas disociadas , en realidad, podremos disponer de un gran número de recetas. La única idea que deberemos tener en mente en todo momento es que esta receta no mezcle alimentos que pudiesen resultar poco beneficiosos para los objetivos que perseguimos con nuestra dieta. Las recetas que podrán componer el menú de la dieta disociada no tendrán por qué tratarse del tipo de recetas que todos tenemos en el imaginario colectivo al pensar en una dieta convencional, sino que podrán ser recetas sabrosas en las que se coman prácticamente todos los alimentos que conocemos, pero siempre teniendo en cuenta la tabla de alimentos especificada por nuestro personal médico.
Una combinación a evitar, que siempre se plantea como ejemplo en las recetas dietas disociadas, es la mezcla de hidratos de carbono y de proteínas. En general, los hidratos de carbono se pueden encontrar en cereales, pasta, patatas, etc. Estos deben disociarse de las proteínas que encontramos en carnes, pescados o huevos. En general, las reglas de las tablas de las dietas disociadas se recomiendan para uso diario, pero siempre habrá excepciones a tener en cuenta en nuestro día a día, por ejemplo, si en una comida comemos tortilla de patatas eventualmente.
A la hora de seguir una dieta disociada planteada por especialistas, lo primero que debemos hacer es dejar atrás los típicos mitos sobre las dietas tradicionales, en los que se considera normal, por ejemplo, “pasar hambre durante una dieta”. La ventaja de contar con una dieta totalmente personalizada a cada paciente es que esta además estará adaptada a sus características energéticas y nutricionales.
De esta manera, podrá haber una adaptación progresiva, hasta que el paciente la persona se costumbre al uso frecuente de la tabla de alimentos y todo esto se podrá conseguir a través del seguimiento de los menús de las dietas disociadas . Los especialistas en nutrición nos darán las pautas básicas o trucos para tener siempre en cuenta qué podemos comer y qué no debemos comer.