Carboxiterapia
Carboxiterapia
Consiste en la administración de pequeñas dosis de gas (CO2), mediante la realización de un número variable de pequeños pinchazos en la piel (vía intradérmica). La técnica consigue producir una hiperdistensión del tejido subcutáneo liberando sustancias que estimulan a los receptores beta-adrenérgicos produciendo lipólisis (destrucción de las células grasas), por lo que las posibilidades de producir efectos secundarios son muy reducidas aunque no se pueden descartar completamente.
Para el tratamiento se utiliza el gas anhídrido carbónico para la mejoría de las insuficiencias circulatorias periféricas y para tratamientos medico estéticos, inyectándose en el tejido graso y produciendo una disminución de las obesidades localizadas, la flacidez y la celulitis.
El número de sesiones y la frecuencia de aplicación de las mismas es variable en función de la patología de tratar y de las características de cada paciente por lo que no puede ser determinado de antemano.
Los resultados se obtienen con mayor efectividad si el tratamiento realizado se complementa con otros tratamientos que potenciarán sus efectos La Carboxiterapia no representa toxicidad sistémica ni efectos secundarios graves, salvo un fugaz y ligero dolor en la zona de aplicación y posiblemente la aparición de hematomas.
Capilar
La mejora de la microcirculación sanguínea y la estimulación de los vasos sanguíneos, dos de los beneficios de la carboxiterapia, mejoran el metabolismo cutáneo y, a su vez, repercuten en el bulbo piloso, ya que oxigenan el cuero cabelludo y estimulan el crecimiento del pelo.
La doctora Angela Díaz aplica la carboxiterapia dentro del protocolo combinado para el tratamiento de la alopecia difusa femenina. La acción conjunta de la carboxiterapia con otras técnicas, como la mesoterapia y la terapia regenerativa con factores de crecimiento, mejoran la densidad y vitalidad del pelo, reduciendo el ritmo de la alopecia.