Carboxiterapia
Carboxiterapia
El tratamiento facial con carboxiterapia ofrece resultados gracias a la inducción de la mejora de la microcirculación y la estimulación en la formación de nuevo colágeno. Para el tratamiento del rostro, con un cierto componente de flacidez y acúmulo graso en el óvalo de la cara, la carboxiterapia mejora de la microcirculación local, aumenta del intercambio de gases y oxigenación de los tejidos, mejora de la síntesis de fibras elásticas y colágenas con mejoría del tono y elasticidad de la piel, destruye de células grasas por efecto lipolítico.
Es aconsejable combinar el tratamiento con sesiones de mesoterapia facial percutánea o virtual, infiltraciones de silicio orgánico o técnicas combinadas propias de la bioplastia facial.
Las sesiones se pueden realizar con periodicidad semanal. Por lo general, es necesario aplicar un mínimo de 4 sesiones, que pueden realizarse una vez por semana.
La carboxiterapia obtiene resultados en las ojeras de origen vascular (de color azulado o violáceo) pues bien pueden ser fruto de una alteración de la microvascularización de la piel de la zona que produce la acumulación de pigmentos sanguíneos por una deficiente circulación o bien simplemente se trata de la transparencia del entramado vascular venular de la zona a través de una piel excepcionalmente fina. Es importante que el paciente sepa que tras la sesión pueden quedar los párpados hinchados durante unas horas (como tras no haber dormido o haber llorado).
Las sesiones se pueden hacer semanal o quincenalmente y la inyección es recomendable realizarla con agujas de 30-32 G (la aguja más fina) para afectar lo menos posible a la delicada piel del párpado durante la sesión. El tratamiento con Carboxiterapia es una técnica invasiva por lo que debe ser aplicado por un médico, o por personal de enfermería autorizado por el doctor y siempre bajo la supervisión del mismo.